Hoy quería escribir de una experiencia , que aunque para mí no ha sido única, sí ha sido indescriptible. Ayer, junto a otras 250 persona, 50 músicos profesiones de la BOS y cuatro magníficos solistas, he cantado el Requiem de Mozart en el Palacio Euskalduna de Bilbao. No es la primera vez que canto en ese "marco incomparable", ni siquiera es el primer Requiem ya que hace 3 años canté el Requiem de Cherubini en Re menor para voces graves.
Pero toda experiencia es enriquecedora y hacer ahora esta obra de la que tanto se ha hablado y escrito puesto que, al parecer, Mozart murió escribiendo el 8 compás del "Lacrimosa", y también, al parecer, se arriesgó a continuarla un alumno suyo, Süsmayr que no era el mejor de ellos pero que le echó "un par". Al menos, por esto ha pasado a la historia e indefectiblemente unido al grande entre los grandes, Mozart.
Los ensayos han sido duros, largos, pero en ningún momento tediosos. Tanto Javier Corcuera como el Director titular Marzio Conti han sabido llevar este Arca de Noé a buen puerto. Lo que puede hacer un buen Director con Coros, porqué no decirlo, mediocres.
Se ha vivido con intensidad, nos hemos metido en el papel, y primero, adiestrados y luego conducidos por Conti hemos finalizado henchidos y satisfechos al conseguir que el repleto Auditorio se pusiese en pié.
Son muchas experiencias ya en el mundillo coral, pero no cejo en el empeño de perseguir nuevas. En breve iré de nuevo, al Canto Abierto donde volveré a encontrarme con Javi Busto, maestro entre maestros, y su "savoir faire". Y me daré de bruces con Juan Pablo.
Con qué emoción lo estoy esperando. Su comportamiento para conmigo merece una reciprocidad por mi parte y en los dos días que puedo estar, lo daré todo, me ponga en la cuerda que me ponga. El manda y yo a obedecer.
Pero toda experiencia es enriquecedora y hacer ahora esta obra de la que tanto se ha hablado y escrito puesto que, al parecer, Mozart murió escribiendo el 8 compás del "Lacrimosa", y también, al parecer, se arriesgó a continuarla un alumno suyo, Süsmayr que no era el mejor de ellos pero que le echó "un par". Al menos, por esto ha pasado a la historia e indefectiblemente unido al grande entre los grandes, Mozart.
Los ensayos han sido duros, largos, pero en ningún momento tediosos. Tanto Javier Corcuera como el Director titular Marzio Conti han sabido llevar este Arca de Noé a buen puerto. Lo que puede hacer un buen Director con Coros, porqué no decirlo, mediocres.
Se ha vivido con intensidad, nos hemos metido en el papel, y primero, adiestrados y luego conducidos por Conti hemos finalizado henchidos y satisfechos al conseguir que el repleto Auditorio se pusiese en pié.
Son muchas experiencias ya en el mundillo coral, pero no cejo en el empeño de perseguir nuevas. En breve iré de nuevo, al Canto Abierto donde volveré a encontrarme con Javi Busto, maestro entre maestros, y su "savoir faire". Y me daré de bruces con Juan Pablo.
Con qué emoción lo estoy esperando. Su comportamiento para conmigo merece una reciprocidad por mi parte y en los dos días que puedo estar, lo daré todo, me ponga en la cuerda que me ponga. El manda y yo a obedecer.