Después de más de 40 años trabajando en una Entidad Financiera, me ha llegado la hora de la despedida. He sido una persona muy afortunada. Con 20 años ya estaba trabajando en algo que me gustaba, el contacto con el público, cara a cara, con total inmediatez, de conocer su vida, sus gustos,sus metas, sus ilusiones, su familia, sus problemas. Involucrarte en ellos en muchas ocasiones y doliéndote en el alma cuando no podías solucionarselos.
Ha habido muchas alegrías y algún que otro sinsabor. Pero el balance es netamente positivo y creo que dejo un buen recuerdo entre mis compañeros, mis jefes y mi empresa. Han sido mi vida y ahora toca acomodarse a una distinta.
Desde que empecé a vislumbrar esa posibilidad, fuí adecuando mis aficiones para que en este momento, pudiese ocupar el tiempo en algo que me apasiona. La música. Pero es que dentro de la música hay muchos "palos" y por el yo me he decantado no es de los más habituales, pero es el que me gustado toda la vida. Mi sensibilidad musical siempre ha ido por ese camino. EL CANTO CORAL Y LA ´MÚSICA ORGANÍSTICA. Raro que es uno.
El corito con el que me he quedado, dejando a un lado los demás con harto sentimiento, me basta para llenar ese hueco del canto. Siempre he dicho que no me gusta cantar solo, y un grupo unido y afín de nueve miembros, me llena totalmente. Me mantiene activo, con la mente despierta y con la voz en su sitio. Dejo una foto como muestra de que no somos unos jovencitos pero a ilusión y ganas de hacer bien las cosas, no nos gana nadie. Nos acompaña un gran organista que en el Concierto de la foto nos sacó de un gran apuro del que no nos olvidaremos en la vida.
En cuanto al órgano, ha llegado el momento de dar un salto cualitativo. De quitar esa seña de identidad de que nunca había recibido una clase que me ayudase a mejorar un nivel escaso. A partir de ahora ya no podré decir lo mismo.
Porque a ello me he puesto inmediatamente. Hoy he empezado a dar clases con un estupendo organista y buen profesor que seguro me pondrá las pilas y con mi trabajo conseguirá que en el juego del órgano la mejora sea evidente.
Ya me ha mandado los primeros deberes. Harmonizar un Sanctus que cantamos habitualmente en la Parroquia. No lo he hecho nunca, pero espero no andar descaminado. Por ahora será suficiente.
He entrado en otra dimensión. Espero estar a la altura.
Ha habido muchas alegrías y algún que otro sinsabor. Pero el balance es netamente positivo y creo que dejo un buen recuerdo entre mis compañeros, mis jefes y mi empresa. Han sido mi vida y ahora toca acomodarse a una distinta.
Desde que empecé a vislumbrar esa posibilidad, fuí adecuando mis aficiones para que en este momento, pudiese ocupar el tiempo en algo que me apasiona. La música. Pero es que dentro de la música hay muchos "palos" y por el yo me he decantado no es de los más habituales, pero es el que me gustado toda la vida. Mi sensibilidad musical siempre ha ido por ese camino. EL CANTO CORAL Y LA ´MÚSICA ORGANÍSTICA. Raro que es uno.
El corito con el que me he quedado, dejando a un lado los demás con harto sentimiento, me basta para llenar ese hueco del canto. Siempre he dicho que no me gusta cantar solo, y un grupo unido y afín de nueve miembros, me llena totalmente. Me mantiene activo, con la mente despierta y con la voz en su sitio. Dejo una foto como muestra de que no somos unos jovencitos pero a ilusión y ganas de hacer bien las cosas, no nos gana nadie. Nos acompaña un gran organista que en el Concierto de la foto nos sacó de un gran apuro del que no nos olvidaremos en la vida.
En cuanto al órgano, ha llegado el momento de dar un salto cualitativo. De quitar esa seña de identidad de que nunca había recibido una clase que me ayudase a mejorar un nivel escaso. A partir de ahora ya no podré decir lo mismo.
Porque a ello me he puesto inmediatamente. Hoy he empezado a dar clases con un estupendo organista y buen profesor que seguro me pondrá las pilas y con mi trabajo conseguirá que en el juego del órgano la mejora sea evidente.
Ya me ha mandado los primeros deberes. Harmonizar un Sanctus que cantamos habitualmente en la Parroquia. No lo he hecho nunca, pero espero no andar descaminado. Por ahora será suficiente.
He entrado en otra dimensión. Espero estar a la altura.