Hoy me lo he pasado bien. Hace 4 meses que he iniciado las clases de órgano con J.R. y hoy nos ha organizado una excursión al Santuario de Nª Sra. de la Encina en ARTZENIEGA. La finalidad de la excursión no era turística aunque en cierto modo lo ha sido, sino que allí hay un órgano que sin ser de los importantes, ayer demostró que está en muy buen uso y que tiene un sonoridad importante. Y nos ha juntado a 16 organistas, algunos ya semiconsagrados y otros alevines, con el único afán de demostrarnos lo que hemos estudiado y aprendido, y también aprender de los demás.
La mayoría están bastante más avanzados que yo, conociendo mis aptitudes y habilitades, lo más probable es que no llegue nunca a dominar medianamente el órgano. Pero como afición no me falta y tiempo tampoco, lo único que no tengo es paciencia. He podido constatar que para dominar cualquier obra, aunque aparentemente sea sencilla, hay que repetir una otra y vez, tratando de desmenuzar lo que el autor quiso decir con cada nota, triturando el mensaje de cada compás y yo carezco de esa paciencia. Qué se le va a hacer. No me gusta repetir las cosas, me aburren.
El tiempo no nos ha acompañado, hemos llegado con lluvia y un cierto frío y nos hemos ido igual, pero no ha importado. Una vez en el Santuario, nos ha dividido en dos grupos, y mientras unos nos quedábamos con él, el otro grupo se ha ido a disfrutar del Museo Etnográfico.
La mayoría están bastante más avanzados que yo, conociendo mis aptitudes y habilitades, lo más probable es que no llegue nunca a dominar medianamente el órgano. Pero como afición no me falta y tiempo tampoco, lo único que no tengo es paciencia. He podido constatar que para dominar cualquier obra, aunque aparentemente sea sencilla, hay que repetir una otra y vez, tratando de desmenuzar lo que el autor quiso decir con cada nota, triturando el mensaje de cada compás y yo carezco de esa paciencia. Qué se le va a hacer. No me gusta repetir las cosas, me aburren.
El tiempo no nos ha acompañado, hemos llegado con lluvia y un cierto frío y nos hemos ido igual, pero no ha importado. Una vez en el Santuario, nos ha dividido en dos grupos, y mientras unos nos quedábamos con él, el otro grupo se ha ido a disfrutar del Museo Etnográfico.